El Apartheid filos�fico ha segregado las aguas negras de las que bebi� el inici�tico pensamiento griego. El trazo del Nilo con origen en el lago Eduardo, revela el brotar de una "actividad pensante" -con la genialidad Ishango- que habr�a de difundirse a lo largo y a lo ancho de �frica, y desde Egipto, cruzar el Mediterr�neo rumbo al Egeo. Esa relaci�n �frica-Europa des-oculta la hist�rica lucha colonialista que el norte ejerci� y a�n ejerce sobre el sur, ampliando las fronteras de una esfera por la que ...
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El Apartheid filos�fico ha segregado las aguas negras de las que bebi� el inici�tico pensamiento griego. El trazo del Nilo con origen en el lago Eduardo, revela el brotar de una "actividad pensante" -con la genialidad Ishango- que habr�a de difundirse a lo largo y a lo ancho de �frica, y desde Egipto, cruzar el Mediterr�neo rumbo al Egeo. Esa relaci�n �frica-Europa des-oculta la hist�rica lucha colonialista que el norte ejerci� y a�n ejerce sobre el sur, ampliando las fronteras de una esfera por la que no es dado pensar en lo oculto (Am�n) o en la tensa luz que elucubra noches, a fuer de la instauraci�n metaf�sica de una deuda ontol�gica, como mecanismo de reducci�n. Las cadenas de Anank� ahorcaron sin justicia el aoristo advenimiento de Amon-Ra, haciendo del hierofante africano que ense�aba a Pit�goras, un mero animal sin logos o ma�at. Esc�chese el susurro de la filosof�a negra que exige justicia hist�rica en las academias y en los imaginarios colectivos. Es el mercado editorial acr�tico y por ello ciego, que sistematiza un modelo de reproducci�n acad�mico ario-racista el que oculta y niega el logos de la negritud, no menos que la hipocres�a de los intelectuales de todas las latitudes, que repiten dicha estructura, replic�ndola como canon y dogma en cada claustro. No hay liberaci�n posible sin una conciencia cr�tica que juzgue con discernimiento los mecanismos intelectivos que excluyen del di�logo acad�mico los aportes de �frica al pensamiento filos�fico universal.
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