Un adorador reconoce a Dios en todo, y en �l est� su deleite y confianza. Es una persona que dispone sus capacidades y dones para que el Se�or sea exaltado. Quien adora, lo hace en esp�ritu y verdad, anhelando habitar en su Presencia todos los d�as; busca agradar el coraz�n del Se�or y vive en obediencia y sujeci�n a sus designios. Esta es una gran responsabilidad, por ende, el ministerio de alabanza y adoraci�n m�s que de talento y carisma, se trata de car�cter, consagraci�n y comuni�n.
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Un adorador reconoce a Dios en todo, y en �l est� su deleite y confianza. Es una persona que dispone sus capacidades y dones para que el Se�or sea exaltado. Quien adora, lo hace en esp�ritu y verdad, anhelando habitar en su Presencia todos los d�as; busca agradar el coraz�n del Se�or y vive en obediencia y sujeci�n a sus designios. Esta es una gran responsabilidad, por ende, el ministerio de alabanza y adoraci�n m�s que de talento y carisma, se trata de car�cter, consagraci�n y comuni�n.
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