Ha sido Ernesto Cardenal que dijo "La poes�a no se hace con palabras sino con la vida"... Y considera que es "el lenguaje con el que traduce la vida. La poes�a es un intento de acercarse de la manera m�s sencilla posible al misterio de la existencia". Significa entonces, que la vida es la fuente nutricia de la poes�a. En esa misma dimensi�n, el poeta espa�ol Miguel �ngel Yusta, plantea que "La poes�a, su inspiraci�n, est� en la vida misma, en el ruido de la calle. No solo en los p�jaros y en las flores ...
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Ha sido Ernesto Cardenal que dijo "La poes�a no se hace con palabras sino con la vida"... Y considera que es "el lenguaje con el que traduce la vida. La poes�a es un intento de acercarse de la manera m�s sencilla posible al misterio de la existencia". Significa entonces, que la vida es la fuente nutricia de la poes�a. En esa misma dimensi�n, el poeta espa�ol Miguel �ngel Yusta, plantea que "La poes�a, su inspiraci�n, est� en la vida misma, en el ruido de la calle. No solo en los p�jaros y en las flores, que tambi�n. Hay poes�a en un ni�o que r�e, en un anciano que sufre, en la gente que nos acompa�ay hasta en el dolor y las guerras. La poes�a surge en cualquier momento". Los planteamientos anteriores dan origen al poemario "Un mirador para los de la �ltima fila", del poeta hondure�o Chaco de la Pitoreta. Un libro que nace desde las entra�as, nace de la inquietudes, ideas, objetivos y sue�os que encarnan la vida de su creador. Su vida con reingambre rebelde, so�ador y de combatiente por la vida de su entra�able patria: Honduras. "Un mirador para los de la �ltima fila" me recuerda en esta madrugada de enero veintid�s, aquella expresi�n popular que posee un asidero b�blico, seg�n Mateo: 19,30-20,16: "Los �ltimos ser�n los primeros". Nuestro Chaco nos lo dice as� "Desde la �ltima fila/ la vida se ve sin esperanzas/ y por eso se vive intensa." Traigo a colaci�n ese vers�culo, por que considero, y estoy meridianamente convencido, que Chaco de la Pitoreta, estaba pensando en los "�ltimos" como los desheredados, los despose�dos por siglos de dolor e ignominia;estaba pensando, y siguiendo a Roque Dalton, en "los tristes m�s tristes del mundo"; por supuesto que Chaco lo escribe desde su afecto, pero evidentemente, desde una identidad de clase, como lo afirmar�a el querido y recordado poeta salvadore�o Luis Borja, en un art�culo en el que analiz� el " Poema de amor" en alusi�n al mismo Dalton.
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