Recuerdo con nitidez su mirada y la aversi�n que demostraba hacia m�, como si yo fuese la llave que abrir�a el ba�l donde escond�a todos sus temores. No le importaba que fuese solo una ni�a; no le importaba que estuviese lejos de mi hogar y, desde luego, no le importaba la vulnerabilidad que sent�a por aquel entonces. Su odio era turbador.Fue en 2020, durante el a�o de la primera pandemia cuando, llegando ya a Europa, el piloto dio el mensaje que me abocar�a a permanecer en el exilio: ...los vuelos quedan ...
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Recuerdo con nitidez su mirada y la aversi�n que demostraba hacia m�, como si yo fuese la llave que abrir�a el ba�l donde escond�a todos sus temores. No le importaba que fuese solo una ni�a; no le importaba que estuviese lejos de mi hogar y, desde luego, no le importaba la vulnerabilidad que sent�a por aquel entonces. Su odio era turbador.Fue en 2020, durante el a�o de la primera pandemia cuando, llegando ya a Europa, el piloto dio el mensaje que me abocar�a a permanecer en el exilio: ...los vuelos quedan cancelados para evitar la propagaci�n del virus.... Ya no podr�a volver a casa con mi familia; llegar a Grey Hills parec�a la �nica opci�n, y all� estar�a �l.No le importaba que yo hubiese emprendido aquel peligroso viaje en busca de ayuda. Tampoco parec�a importarle que hubiese personas muriendo por la enfermedad en todo el mundo; sin embargo, hab�a algo que s� le importaba: mi incesante tos.El pueblo de Grey Hills es un lugar ficticio, as� como todos los personajes que protagonizan esta novela; desgraciadamente, el contexto y las noticias period�sticas que hacen de hilo conductor de esta historia son un reflejo fiel de la realidad vivida durante el invierno y la primavera de 2020.
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