De un canto de adoraci�n sublime al amor al �nico digno de suprema alabanza, nacieron estos humildes versos. Justo cuando la tarde declinaba y las gotas de la noche decidieron quedarse: Bajo la sombra de un cipr�s: Pude contemplar un nuevo paisaje desde mi ventana, y escribirle un soneto al mar de unos ojos tristes. Ese mar de tulipanes como semillas de luz, creci� mientras el r�o del collado saltaba con alegr�a sobre los �rboles de justicia. Ya el campo de lavanda, desprende sus olores y cantamos otra vez, ...
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De un canto de adoraci�n sublime al amor al �nico digno de suprema alabanza, nacieron estos humildes versos. Justo cuando la tarde declinaba y las gotas de la noche decidieron quedarse: Bajo la sombra de un cipr�s: Pude contemplar un nuevo paisaje desde mi ventana, y escribirle un soneto al mar de unos ojos tristes. Ese mar de tulipanes como semillas de luz, creci� mientras el r�o del collado saltaba con alegr�a sobre los �rboles de justicia. Ya el campo de lavanda, desprende sus olores y cantamos otra vez, una oda en mi ciudad. Poes�a lirica y prof�tica un regalo hermoso para ti. Ideal para adolescentes y j�venes.
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