LA GRAM�TICA DEL AMOR Introducci�n El amor verdadero no reconoce l�mites ni obedece m�s que al coraz�n. El amor florece en todas las estaciones, en los m�s diversos climas y en casi todos los corazones. S�lo no cabe en los ego�stas. Nace como las flores y se desvanece como el humo. El amor es impalpable, pero visible, y de esto apelo a mis lindas lectoras. Tiene el don de las transformaciones; engrandece, anima y embellece los corazones do se anida. Es todopoderoso. Da por veces talento, y otras muchas le ...
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LA GRAM�TICA DEL AMOR Introducci�n El amor verdadero no reconoce l�mites ni obedece m�s que al coraz�n. El amor florece en todas las estaciones, en los m�s diversos climas y en casi todos los corazones. S�lo no cabe en los ego�stas. Nace como las flores y se desvanece como el humo. El amor es impalpable, pero visible, y de esto apelo a mis lindas lectoras. Tiene el don de las transformaciones; engrandece, anima y embellece los corazones do se anida. Es todopoderoso. Da por veces talento, y otras muchas le quita. Intimida en ocasiones a los m�s valientes, y en otras da valor a los cobardes. Roba el juicio a los m�s prudentes y suele volv�rselo a los locos. Conduce los pobres a la riqueza, y arrastra los opulentos a la miseria. Manda al ciego que vea; al sordo, que oiga, y el milagro se cumple. Convierte en esclavo al hombre libre y en libre al esclavo. Consuela al afligido y hace llorar al que r�e. Es, a veces, edificante. Los mortales son todos juguetes suyos. Inspira las m�s nobles acciones y es causa de los mayores cr�menes. Manda, ordena y seduce; es Dios, en fin; es el amor. El amor tiene su aurora, su sol, su crep�sculo y su noche. Dichosos aquellos para quienes ha lucido el sol claro del amor. �Ay de los que s�lo han visto su oscura noche! S�lo las mujeres saben amar. El hombre que ama no tiene otra ambici�n que la de agradar al objeto de su amor.
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