Las urbes latinoamericanas son el escenario privilegiado de la violencia y de la inseguridad y, al mismo tiempo, representan la modernidad y la esperanza. Las ciudades congregan lo mejor y lo peor de la vida social contempor�nea. Sin embargo, en esos espacios de exclusi�n material y normativa, donde no llega el agua ni la ley, hay expresiones de optimismo que representan la transformaci�n posible. Hay maestras que, desafiando las fronteras invisibles, organizan juegos con ni�os en territorios dominados por las ...
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Las urbes latinoamericanas son el escenario privilegiado de la violencia y de la inseguridad y, al mismo tiempo, representan la modernidad y la esperanza. Las ciudades congregan lo mejor y lo peor de la vida social contempor�nea. Sin embargo, en esos espacios de exclusi�n material y normativa, donde no llega el agua ni la ley, hay expresiones de optimismo que representan la transformaci�n posible. Hay maestras que, desafiando las fronteras invisibles, organizan juegos con ni�os en territorios dominados por las pandillas, para ense�arles a compartir bajo reglas de convivencia basadas en el di�logo y no en la fuerza. Hay monjas y sacerdotes que dan protecci�n a los amenazados, disput�ndoles el espacio p�blico a los traficantes. Hay polic�as honestos que se resisten a la corrupci�n y al abuso, a pesar de no contar con el respeto de la poblaci�n ni con el apoyo de sus superiores. Hay actores econ�micos que se resisten a la extorsi�n del delito organizado y crean sus propios mecanismos de sobrevivencia. Hay organizaciones vecinales que logran fijar acuerdos sociales que regulan la coexistencia, adaptando la ley formal a sus realidades informales. La investigaci�n que se reporta en este libro sobre la violencia e institucionalidad en las ciudades de Venezuela forma parte de una iniciativa internacional que ha tenido como objetivo comprender las razones de la violencia urbana y dar aportes para la construcci�n de ciudades seguras e incluyentes en �frica, Asia y Am�rica Latina.
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