La mujer que naci� como Charlotte de Belgique y que fue, hist�ricamente hablando, en un abrir y cerrar de ojos la emperatriz Carlota de M�xico (1864-1867) y esposa de Maximiliano de Habsburgo, pas� imborrablemente a la memoria colectiva de M�xico como 'Carlota la Loca'. Al fruct�fero engranaje entre literatura, cine, arte e imaginaci�n popular se deben varios cambios paradigm�ticos: a lo largo de siglo y medio, se desvanecen las coherencias y se crean nuevos significados pasando por alto la dimensi�n polï¿ ...
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La mujer que naci� como Charlotte de Belgique y que fue, hist�ricamente hablando, en un abrir y cerrar de ojos la emperatriz Carlota de M�xico (1864-1867) y esposa de Maximiliano de Habsburgo, pas� imborrablemente a la memoria colectiva de M�xico como 'Carlota la Loca'. Al fruct�fero engranaje entre literatura, cine, arte e imaginaci�n popular se deben varios cambios paradigm�ticos: a lo largo de siglo y medio, se desvanecen las coherencias y se crean nuevos significados pasando por alto la dimensi�n pol�tico-hist�rica. Al ser despojada paulatinamente de sus circunstancias hist�ricas concretas, la mujer a la que generaciones de historiadores siempre se han esforzado en referirse a ella como 'Carlota de B�lgica', 'la Intrusa Infame', para distanciarse de la Intervenci�n Francesa, ha perdido esta singularidad extranjera y ha llegado a ser 'Carlota de M�xico', el fantasma de Chapultepec para el disfrute y escalofr�o del p�blico, 'la Loca del Castillo'.
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