La palabra en este cuaderno se sucede a paso firme, tal y como si cada palabra situada en cada verso rumbo a una totalidad (el poema) constituyera un acto sagrado, casi cabal???stico donde decir es hacer, hacer es rozar el m???ximo desconocimiento, ???se que nos trastorna, todo lo trastorna en un deambular continuo entre esperanza y desesperanza: una interrupci???n eterna. Aqu??? estamos "ante la ???ltima luz que obra esto, no lo oscuro"; aqu??? y no en otro lugar, aqu??? el ???nico adverbio que interesa a Pollard, asidero, ...
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La palabra en este cuaderno se sucede a paso firme, tal y como si cada palabra situada en cada verso rumbo a una totalidad (el poema) constituyera un acto sagrado, casi cabal???stico donde decir es hacer, hacer es rozar el m???ximo desconocimiento, ???se que nos trastorna, todo lo trastorna en un deambular continuo entre esperanza y desesperanza: una interrupci???n eterna. Aqu??? estamos "ante la ???ltima luz que obra esto, no lo oscuro"; aqu??? y no en otro lugar, aqu??? el ???nico adverbio que interesa a Pollard, asidero, refugio. "Justo aqu???... la mente inm???vil... fin del mundo (Finis-terre) para todos nosotros". Todos. Nosotros. Aqu???. Y as??? el movimiento que fija, apuntala, arriesga alguna forma de conocimiento, por m???nima que sea, acaba en un sotto voce apenas imperceptible por verdadero, donde Pollard nos convoca como ???ltima instancia a un aqu???, siempre aqu??? donde "S???lo la musa puede pisar las rocas" como las pisar???an Atalanta o la diosa Minerva. --JOS??? KOZER, Premio Iberoamericano de Poes???a Pablo Neruda 2013
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