El poeta viv???a retirado en un barrio extremo de Madrid. M???s que ciudadana, era campesina su vivienda -entre hotel y casa de campo-, limitada por tierras en labranza y embellecida por un jard???n y un huerto. Certamen celebraban en el jard???n las flores durante la primaveral estaci???n, volvi???ndolo paleta, donde luc???an los rosales su espl???ndida gama que va, por entre perfumes, desde el blanco al bermejo; los claveles, sus amarillos y sus grana; los pensamientos, sus caritas de gnomo; los lirios y violetas, sus ...
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El poeta viv???a retirado en un barrio extremo de Madrid. M???s que ciudadana, era campesina su vivienda -entre hotel y casa de campo-, limitada por tierras en labranza y embellecida por un jard???n y un huerto. Certamen celebraban en el jard???n las flores durante la primaveral estaci???n, volvi???ndolo paleta, donde luc???an los rosales su espl???ndida gama que va, por entre perfumes, desde el blanco al bermejo; los claveles, sus amarillos y sus grana; los pensamientos, sus caritas de gnomo; los lirios y violetas, sus obispales vestiduras; los jazmines, su n???car; los nardos, su marfil. Los girasoles esplend???an sobre el espacio como soles min???sculos; como astros brillaban en el cielo verde de los macizos margaritas y tr???boles. Los ramos de acacias y de lilas volv???anse airones al suave empuje de los c???firos. La atm???sfera, hecha incienso por los alientos vegetales, ascend???a, en mol???culas irisadas, al encuentro del sol. Desde el mayo al septiembre, desbordaban en frutos los ???rboles y las plantaciones del huerto.
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