El mon???logo es una invenci???n humana. Es quiz???s la acci???n voluntaria m???s recurrente del hombre. Monologamos cuando sufrimos, cuando tenemos problemas, cuando nos enamoramos. Ante cualquier decisi???n agitamos las palabras en un escenario imaginario, para convencer, para convencernos. Las sociedades modernas han cambiado, por objetos que amontonamos en cualquier rinc???n, el don m???s divino de la existencia: el tiempo. En ???poca de tuits, de slogans, de bombardeo de im???genes, el mon???logo resulta un asunto ...
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El mon???logo es una invenci???n humana. Es quiz???s la acci???n voluntaria m???s recurrente del hombre. Monologamos cuando sufrimos, cuando tenemos problemas, cuando nos enamoramos. Ante cualquier decisi???n agitamos las palabras en un escenario imaginario, para convencer, para convencernos. Las sociedades modernas han cambiado, por objetos que amontonamos en cualquier rinc???n, el don m???s divino de la existencia: el tiempo. En ???poca de tuits, de slogans, de bombardeo de im???genes, el mon???logo resulta un asunto largo, pesado. Pero el torbellino de los sentimientos humanos desborda los 280 caracteres, las fotos, los emoticones. Necesitan de la purificaci???n de las palabras. Estos mon???logos son un alto, un intento de relativizar el tiempo, de enga???arlo nueve veces.
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