Una onza, 28 gramos. Casi lo mismo que pesa, seg???n dicen, el alma; un poco m???s. Una onza de amor y luz tejidos, con puntadas m???nimas, en estos poemas. Una onza que contiene la fina transparencia de existir una vez que se han librado todas las batallas. Si hubiera que elegir una sola palabra para definir este libro, elegir???a paz. No cualquiera, sino la conquistada. Esa que, como apuntaba Pavese, es lo ???nico realmente nuestro tras los clamores del destino. Luc???a Ballester prueba aqu??? que escribir es una forma de ...
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Una onza, 28 gramos. Casi lo mismo que pesa, seg???n dicen, el alma; un poco m???s. Una onza de amor y luz tejidos, con puntadas m???nimas, en estos poemas. Una onza que contiene la fina transparencia de existir una vez que se han librado todas las batallas. Si hubiera que elegir una sola palabra para definir este libro, elegir???a paz. No cualquiera, sino la conquistada. Esa que, como apuntaba Pavese, es lo ???nico realmente nuestro tras los clamores del destino. Luc???a Ballester prueba aqu??? que escribir es una forma de supervivencia. All???, solo lo estrictamente necesario permanece, tanto en la forma de asumir la realidad como en la forma de escribirla. Su poes???a es precisa, va al grano, se???ala lo que importa. Lo hace, adem???s, con ligereza, trapecista gr???cil que sabe que toda red es ilusi???n. Sus palabras pesan tambi???n una onza y, parad???jicamente, tienen todo el peso del mundo. Tal vez porque sabe que el amor, el verdadero, es hermoso, pero tambi???n es dif???cil: se requiere una infinita paciencia para amar, porque amar es un ejercicio de la voluntad. Lo es tambi???n escribir. Se ama y se escribe siempre a contracorriente, contra uno mismo, contra la madeja caprichosa de lo que somos. Kelly Mart???nez-Grandal
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