P ara los estudiosos del urbanismo a escala mundial, la ciudad es la creaci???n m???s espiritual de nuestra civilizaci???n y la m???s grande obra de arte concebida por el hombre. En ellas, como punto preponderante del urbanismo se encuentran las plazas, espacios p???blicos rodeados de edificaciones oficiales y privadas, cuyo conjunto testimonia la evoluci???n social y urbana de ciudades y pueblos surgidos desde tiempos remotos. Son los centros de la vida urbana, y expresan la civilizaci???n y cultura de los pueblos, de ah?? ...
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P ara los estudiosos del urbanismo a escala mundial, la ciudad es la creaci???n m???s espiritual de nuestra civilizaci???n y la m???s grande obra de arte concebida por el hombre. En ellas, como punto preponderante del urbanismo se encuentran las plazas, espacios p???blicos rodeados de edificaciones oficiales y privadas, cuyo conjunto testimonia la evoluci???n social y urbana de ciudades y pueblos surgidos desde tiempos remotos. Son los centros de la vida urbana, y expresan la civilizaci???n y cultura de los pueblos, de ah??? que sean adem???s emblemas de identidad. En la Edad Antigua sirvieron de centros c???vicos-pol???ticos, funci???n que tuvieron el ???gora griega y el foro romano. En la Edad Media se edificaron frente a catedrales, palacios y ayuntamientos, y en la ???poca barroca estuvieron contempladas en la planificaci???n urban???stica de las ciudades , se plantaban hileras de ???rboles geom???tricamente, en filas o senderos. Los naturalistas en el siglo XIX fueron los que propusieron espacios verdes p???blicos, en formas de parques, jardines, calles arboladas y plazas, para mejorar el aspecto f???sico-social de las ciudades, pues anteriormente, en la ciudad medieval y renacentista, la jardiner???a ten???a un uso restringido .Se dice que todos los caminos conducen a Roma, pero en Holgu???n todas las calles llevan al caminante a ese espacio insoslayable del que nos sentimos orgullosos. Como escribiera esa holguinera reyoya que es Paquita Armas Fonseca , "el Calixto Garc???a es sin???nimo de Parque, as??? con may???scula y sin nombre y apellidos, ya que es all??? donde palpita el coraz???n de la m???s importante ciudad nororiental y porque para los nacidos en ella no existe otro en Cuba que alcance su dimensi???n, belleza y valor sentimental." Llegado el 31 de diciembre de 1900, cientos de holguineros escogieron este espacio tan amado para recibir el nuevo siglo. Veamos lo que a prop???sito de esas festividades public??? un peri???dico local: "Grande fue el entusiasmo que se not??? en esta ciudad la noche del lunes ???ltimo con motivo de despedirse el siglo XIX. A las diez en punto dio principi??? la retreta, ejecutada por la brillante orquesta del se???or Avil???s, la cual termin??? a las doce a los acordes de la diana de Agramonte. A dicha hora el ca??????n guerrero dej??? o???r su prepotente estampido saludando el nuevo siglo. Esos ca???ones estaban dirigidos por nuestro amigo Carlos Muecke, eran los mismos que en d???as de guerra aterraban por sus estragos mort???feros y ayer sirvieron para indicar a un pueblo la nueva era de paz, de progreso y de libertad". (16) Ese estilo entre el optimismo y la apolog???a, entre el fervor patri???tico y la demagogia politiquera, distinguir???a, en gran medida las d???cadas futuras, como evidencian muchos comentarios de la prensa sobre los incontables y multitudinarios actos que se realizar???an en el parque y sus alrededores. Otras dos grandes concentraciones de pueblo que servir???an de arquetipo fueron la bienvenida, el 22 de abril de 1902, a Estrada Palma, quien tras permanecer preso en La Periquera en 1877, parte de este sitio para abordar el barco que lo llevar???a a su largo exilio en tierras norte???as. A trav???s del mismo puerto retorna para tomar posesi???n de la primera magistratura, esta vez en la misma plaza que hab???a vivido tantos momentos tristes. Lo reciben los sue???os y las quimeras de los habitantes de una ciudad que le regalaban un hermoso arco de triunfo y un vals interpretado por la Orquesta Avil???s, el mismo hab???a sido escrito por Manuel Dositeo Aguilera
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