Reflexionar sobre lo vivido tiene sus ventajas: se vuelve a ser joven. Conocer el mar es de las experiencias m???s significativas de la vida, sobre todo en la adolescencia, cuando las hormonas est???n alborotadas y la mente est??? cambiando los juegos infantiles por pasiones juveniles que nos hacen bullir el esp???ritu.Todas las cosas en el Pac???fico tienen alma, la felicidad est??? en descubrirlas y disfrutarlas: la saz???n de la comida, el caminado de sus mujeres al ritmo de la marea, el tumbao de sus pobladores, la m?? ...
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Reflexionar sobre lo vivido tiene sus ventajas: se vuelve a ser joven. Conocer el mar es de las experiencias m???s significativas de la vida, sobre todo en la adolescencia, cuando las hormonas est???n alborotadas y la mente est??? cambiando los juegos infantiles por pasiones juveniles que nos hacen bullir el esp???ritu.Todas las cosas en el Pac???fico tienen alma, la felicidad est??? en descubrirlas y disfrutarlas: la saz???n de la comida, el caminado de sus mujeres al ritmo de la marea, el tumbao de sus pobladores, la m???sica y las canciones. La naturaleza, el oc???ano y la vida que se genera en el manglar, es mucha bonanza reunida en una regi???n que se resiste a ser desconocida y destruida.Todo es de admirar: El coraje de mujeres enamoradas, de pobladores que traspiran melod???as y danzas, que aprendieron de la ballenas a conjugar el verbo amar y de ese mar bravo que se defiende, tal vez, de un brujo enfurecido y de bandidos que, con balas y moto sierras, despedazan hombres y callan tambores y marimbas en busca de oro y coca???naLa conciencia de gentes j???venes cansadas de abusos e inequidades, acompa???ada de educaci???n y su poderosa cultura como gu???a, har??? que estos, bravos como el mar, conquisten la felicidad y rescaten el para???so.
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