El trotamundos visti??? su aliento de bardo, cal??? su sombrero de pintor de ninguna corte, sus anchas botas de escriba, asi??? fuertemente la trompeta, redonda como embudo de lat???n dorado y todo el mundo se march??? a sus libaciones, a beber dos mojitos y cuatro cervezas servidas en copas de pl???stico, y as???, hasta catorce cervezas, corro???dos por la vista de los lugares, mientras el bardo les hablaba de cosas, el guardaba para si otras, cosas como: No se trata de literatura / Es la vida / Qui???n ha dicho que quiero ...
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El trotamundos visti??? su aliento de bardo, cal??? su sombrero de pintor de ninguna corte, sus anchas botas de escriba, asi??? fuertemente la trompeta, redonda como embudo de lat???n dorado y todo el mundo se march??? a sus libaciones, a beber dos mojitos y cuatro cervezas servidas en copas de pl???stico, y as???, hasta catorce cervezas, corro???dos por la vista de los lugares, mientras el bardo les hablaba de cosas, el guardaba para si otras, cosas como: No se trata de literatura / Es la vida / Qui???n ha dicho que quiero bailar / Mi cuerpo se mueve / los turistas descansan bailando / pero yo sigo atorado de silencio... As??? transcurren sus d???as en esta Isla, cuya parte m???s extremosa es, por s??? misma otra Isla, cuya cr???nica solo ha podido ser narrada por los juglares y por los bardos, que no ven a la isla como un pedazo de roca en medio del mar, si no como un p???ramo, una madriguera tan llena de esperanzas que hasta los p???jaros desean volver a los p???ndulos verdes donde reposan la mitad de sus vidas.El bard??? crey??? que estando con ellos pod???a estar solo para ejercer su verdadero oficio. Que conoc???a profundamente a su soledad, porque hablaba con ella todos los d???as, al otro lado, en las muchas aventuras m???s all??? de la calles de su G???ines, pero su f???bula era otra, le devoraba las ganas de regresar a su tonel de escriba, donde se pod???a encontrar consigo mismo y sentirse afortunado de poder cambiar en relaci???n con los seres que visitaban su Isla. Con solo el pensamiento, con las dimensiones, las virtudes, la historia y la fuerza de su verbo, que se prodiga lleno de brisas, de anclas, de altares, de suburbios que se marchitan en las tenazas de un tiempo, en el que solo los bardos hechiceros encuentran un lugar en la quietud de las estatuas. Eduardo Ren??? Casanova Ealo Editorial Primigenios
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