El impulso a la participaci???n social en la educaci???n mediante los consejos estatales, municipales y escolares ha sido una constante de la pol???tica educativa de Estado en M???xico, la cual es vista como un aspecto clave para la descentralizaci???n y democratizaci???n del sistema educativo. Sin embargo, no ha logrado consolidarse a pesar de la normatividad, del desarrollo de programas federales que buscan promoverla mediante la asignaci???n de recursos, ni tampoco por la promesa de que a trav???s de la inclusi???n de la ...
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El impulso a la participaci???n social en la educaci???n mediante los consejos estatales, municipales y escolares ha sido una constante de la pol???tica educativa de Estado en M???xico, la cual es vista como un aspecto clave para la descentralizaci???n y democratizaci???n del sistema educativo. Sin embargo, no ha logrado consolidarse a pesar de la normatividad, del desarrollo de programas federales que buscan promoverla mediante la asignaci???n de recursos, ni tampoco por la promesa de que a trav???s de la inclusi???n de la comunidad educativa en la toma de decisiones se obtendr??? mayor autonom???a, un manejo transparente de los recursos y la construcci???n de proyectos educativos pertinentes a los contextos en donde se insertan las escuelas. Lo que aqu??? se presenta es una experiencia de un consejo municipal que -en cierta medida-, a contrapelo del sistema educativo, da cuenta de la potencialidad que tienen los espacios para la participaci???n en comunidad dirigida al mejoramiento de sus escuelas y, en general, de la educaci???n.
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