Creer o no creer, no es una opci???n aqu???, porque, en alg???n momento dado, casual quiz???s, podemos ser testigos de la acci???n de las fuerzas ocultas cuando estas se materializan o se manifiestan -vale igual uno y otro- en un hecho, bien en el tiempo, bien en el espacio y, aunque seamos poseedores de vastos conocimientos, tales sucesos ser???n siempre imposibles de comprensi???n humana o al menos de una conjetura racional ya cuando una explicaci???n l???gica no tiene cabida. Tal es el extra???o caso que relata el doctor ...
Read More
Creer o no creer, no es una opci???n aqu???, porque, en alg???n momento dado, casual quiz???s, podemos ser testigos de la acci???n de las fuerzas ocultas cuando estas se materializan o se manifiestan -vale igual uno y otro- en un hecho, bien en el tiempo, bien en el espacio y, aunque seamos poseedores de vastos conocimientos, tales sucesos ser???n siempre imposibles de comprensi???n humana o al menos de una conjetura racional ya cuando una explicaci???n l???gica no tiene cabida. Tal es el extra???o caso que relata el doctor Z quien, pese a sus amplios conocimientos de la vida y las fuerzas ocultas, pudo notar que, tras veintitr???s a???os de ausencia y el haber dejado encendida la mecha del amor, para ???l el tiempo fue una condici???n natural y, no en vano, lo consumi??? sin consideraci???n alguna en su naturaleza humana, dej???ndolo viejo, gordo y calvo, contrario a la peque???a Amelia, su gran peque???o amor de tiempos juveniles. Y as???, sin explicaci???n alguna, tras su regreso, encontr??? que el tiempo de la peque???a Amelia se hab???a detenido en aquella exquisita juventud primaveral ...
Read Less