Cuando nuestros padres no tienen la fortuna de envejecer en plenitud de sus facultades nos corresponde a los hijos convertirnos en sus pap???s. No dejamos de ser hijos, pero nos toca asumir ser su apoyo para que no caigan, supervisar sus actividades para que no se hagan da???o, darles su comida en la boca, atender su aseo personal... ya no son el techo que te daba resguardo, ahora eres t??? quien debes cobijarlos y protegerlos.Es una situaci???n para la cual no estamos preparados. As??? como nadie nos ense?????? a ser ...
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Cuando nuestros padres no tienen la fortuna de envejecer en plenitud de sus facultades nos corresponde a los hijos convertirnos en sus pap???s. No dejamos de ser hijos, pero nos toca asumir ser su apoyo para que no caigan, supervisar sus actividades para que no se hagan da???o, darles su comida en la boca, atender su aseo personal... ya no son el techo que te daba resguardo, ahora eres t??? quien debes cobijarlos y protegerlos.Es una situaci???n para la cual no estamos preparados. As??? como nadie nos ense?????? a ser padres de nuestros hijos, mucho menos hay un manual para cuando nos toca ser padres de nuestros padres. Muchas veces se suma, adem???s, la incomprensi???n de quien no lo vive y quiere, desde un punto de vista externo, dictar las pautas que deber???as seguir. En este libro la autora te deja dar un vistazo a lo que ha sido esta experiencia para ella. Lo hace pensando en las veces que necesit??? que alguien entendiera sus vivencias realmente. Alguien que habiendo pasado por lo mismo le dijera, toc???ndole el hombro: s??? lo que sientes, yo he estado ah???.Encontrar a otros que ayer vivieron la misma experiencia que atraviesas hoy no har??? menor tu problema, pero el saber que han superado esta prueba te dar??? fuerzas para hacerlo t??? tambi???n. Espera la autora que, al final, algo de lo que ha escrito te sea ???til en el camino que te ha tocado transitar.
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