El lector conseguir??? un laberinto de alternativas discursivas, un misticismo encarnizado y er???tico; ciencia ficci???n, pastura, viaje, pliego, mapa de existencias probables, anuladas y abiertas; un ludismo textual cosido -siempre- al cuerpo: la pulsi???n de un lenguaje callejonero, radical, blasfemo; una escritura cham???nica, desligada muchas veces del orden sint???ctico, de largo y corto aliento. La pulsi???n de esta encrucijada en convergencia es lo que qued??? en la imaginaci???n, aquella indigencia del lenguaje ...
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El lector conseguir??? un laberinto de alternativas discursivas, un misticismo encarnizado y er???tico; ciencia ficci???n, pastura, viaje, pliego, mapa de existencias probables, anuladas y abiertas; un ludismo textual cosido -siempre- al cuerpo: la pulsi???n de un lenguaje callejonero, radical, blasfemo; una escritura cham???nica, desligada muchas veces del orden sint???ctico, de largo y corto aliento. La pulsi???n de esta encrucijada en convergencia es lo que qued??? en la imaginaci???n, aquella indigencia del lenguaje enviajado del afuera del sujeto: "El delirio es sangre que blasfema luz". JES???S MONTOYA
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